miércoles, mayo 18, 2005

"Relato de un abrazo"

En un hospital una joven pacientemente esperaba a ser operada de sus ojos. Desde su nacimiento nunca había pudo ver el mundo, sus ojos no le habían dado esa ilusión. De entre los pasillos un trabajador de ese hospital admirado de lo hermosa que era esa joven se acercaba a platicar con ella, por las tardes aun terminado su turno de trabajo pasaba horas acompañándola. Con el paso del tiempo y dándose cuenta que el corazón de esa joven era lo mas puro y hermoso, se asombraba que su esperanza no disminuía.

Después de un tiempo la operación se acercaba por unos cuantos días, pero el joven trabajador no había llegado a visitar. Por fin el día de la operación llego, al despertar las esperanza de mirar frente a ella a ese joven que le acompaño mientras separaba, al momento de abrir sus ojos, distinguió una figura, un rostro hermoso, era su doctor que le quitaba las vendas. Ella en su interior se decía que alguien tan hermoso tenia que ser a quien ella esperaba.

Unos días después cuando caminaba por los pasillos del hospital contemplando su mundo, miro en una silla a un joven con sus ojos perdidos, sin saberlo se acerco y se dio cuenta que se joven había tenido un accidente y había quedado ciego. Mirándolo lindamente ella se acerco y le saludo. De repente el sonido de esa voz tan particular hicieron que el joven se animara, y lindamente le dijo… ¡Estas bien! Ella sorprendida dijo… ¡Eres tu! Ese en quien pensé mientras espere, eres tu en quien pensé cuando me iban a operar, y eres tu a quien no puedo olvidar ahora que puedo ver. Sonriendo y con sus ojos cegados llenos de lagrimas el joven respondió dijo, eres tu en quien pensé mientras esperabas, eres tu en quien pensé antes de quedar ciego, y es tu recuerdo el que no puedo borrar ahora que no te veo…

Historias de amor hay muchas, pero hay unas que en los brazos de la persona adecuada hacen girar al mundo.

lunes, mayo 02, 2005

Promesas...

Suele suceder que lo que mas nos duele es aquello que menos creemos posible, pues no sentimos como importante esos detalles que al final son aquellos del verdadero problema.

Tuve mucho miedo, lo acepto, la realidad pareció ser aun más cruel que mis pensamientos. Todo aquello que me sostenía en pie se estaba cayendo a pedazos lentamente. El simple sentimiento de soledad era increíblemente frió y a la vez torturante, por un momento ser invencible y de repente no tener nada y ser blanco fácil.

De entre lo que quedaba de mi esperanza estaba una promesa, una que me dolería mas romper, mas aun me dolió muchísimo cumplirla, pero sus frutos han sido lo mejor que esta vida me ha ofrecido. Esta simple promesa que cargo en mi mano izquierda me salvo como lo ha hecho tantas veces de otras penas, pero esta vez sucedió algo que no esperaba, mi esperanza mis deseos y mi amor triunfaron sobre mi absurdo pesimismo.


Ahora con nuevas esperanzas confió que la vida me seguirá ofreciendo dulces frutos como hasta ahora lo ha hecho, pero ahora que cargo en la conciencia lo que un error y el orgullo pueden causar, tengo cuidado, pero confió en el poder de mi promesa.