...
Son ya varios los días, son ya bastantes las horas, y aun no se que paso, simplemente se acabo la chispa que nos mantenía juntos, o se fueron gastando de poco a poco los momentos que nos hacían felices. Aun no logro entender como es que me siento tan decepcionado, ni siquiera se si es justo sentirlo, pero el corazón entiende poco de justicia en estos momentos, entregue todo lo que tenia, y solo sentí que recibí lo que se podía en el momento.
Me siento orgulloso de poder decir, vencí muchas cosas por no fallarte, pero me sorprende de una manera tan poco placentera, que cada uno de tus intentos que significaba algo para mí, te vencía en un instante, a lo que simplemente respondías con simples razones. Deje de sentir ese empeño y esas ganas interminables de seguir.
Se perfectamente que ahora tienes la libertad que tanto sientes que te quite, pero no puedo creer que seas tan ciega, me dices casi mordiéndote los labios que yo no te dejo disfrutar una etapa de tu vida, cuando te entregue la etapa en la que pude hacer de todo. No hay mucha diferencia de edad a la que yo tenia de cuando te conocí a la que tu tienes ahora, no quiero imaginar que sentirías si yo hubiera aplicado la cantidad de dudas, de celos y de condiciones que tu me diste en ti, no puedo imaginar cuantas veces me hubieras gritado por tu libertad y tus deseos.
Ojala con tu gran libertad tuvieras el valor de tragarte el sentimiento amargo y buscar una respuesta que no fueran gritos y respuestas vacías, como yo tuve que hacerlo tantas veces, al volver a intentar hablarte después de las peleas. Ojala hubieras sostenido una promesa que se supone estaría en tu dedo, pero que ni siquiera puedes encontrar. Ni siguiera imaginas ¿Cómo pudo tener esos aros en el dedo todo este tiempo?, la respuesta es muy simple, porque no quería, y jamás me permití darte una señal de desinterés. Como siempre te lo dije, fallar no es una opción para mi, las excusas no son respuestas correctas, quizá solo soy yo, requiere de esfuerzo, pero nunca me deja sentir mal.
Quizá pensamos muy diferente, pero como tu me lo llegaste a decir, los detalles que sientes te quite eran necesarios, pero nunca te preguntaste, cuanto esfuerzo incluían, y solo te dedicaste a exigirlos a pesar de la situación en la que estaba. Pero no podrías tener tanta razón como en ello, los detalles que faltan son importantes, como los detalles que deje de sentir de tu parte hace ya tanto.
Me siento triste de perder en algo en lo puse todo mi empeño, pero me siento tranquilo de que por fin, las excusas ya no sean para mi, de que tus dudas ya no me torturan manteniéndome buscando respuestas para ti. Me da gusto que yo no sea el estorbo que no te deje ver el mundo de la forma en que tenemos que hacerlo.
Me siento orgulloso de poder decir, vencí muchas cosas por no fallarte, pero me sorprende de una manera tan poco placentera, que cada uno de tus intentos que significaba algo para mí, te vencía en un instante, a lo que simplemente respondías con simples razones. Deje de sentir ese empeño y esas ganas interminables de seguir.
Se perfectamente que ahora tienes la libertad que tanto sientes que te quite, pero no puedo creer que seas tan ciega, me dices casi mordiéndote los labios que yo no te dejo disfrutar una etapa de tu vida, cuando te entregue la etapa en la que pude hacer de todo. No hay mucha diferencia de edad a la que yo tenia de cuando te conocí a la que tu tienes ahora, no quiero imaginar que sentirías si yo hubiera aplicado la cantidad de dudas, de celos y de condiciones que tu me diste en ti, no puedo imaginar cuantas veces me hubieras gritado por tu libertad y tus deseos.
Ojala con tu gran libertad tuvieras el valor de tragarte el sentimiento amargo y buscar una respuesta que no fueran gritos y respuestas vacías, como yo tuve que hacerlo tantas veces, al volver a intentar hablarte después de las peleas. Ojala hubieras sostenido una promesa que se supone estaría en tu dedo, pero que ni siquiera puedes encontrar. Ni siguiera imaginas ¿Cómo pudo tener esos aros en el dedo todo este tiempo?, la respuesta es muy simple, porque no quería, y jamás me permití darte una señal de desinterés. Como siempre te lo dije, fallar no es una opción para mi, las excusas no son respuestas correctas, quizá solo soy yo, requiere de esfuerzo, pero nunca me deja sentir mal.
Quizá pensamos muy diferente, pero como tu me lo llegaste a decir, los detalles que sientes te quite eran necesarios, pero nunca te preguntaste, cuanto esfuerzo incluían, y solo te dedicaste a exigirlos a pesar de la situación en la que estaba. Pero no podrías tener tanta razón como en ello, los detalles que faltan son importantes, como los detalles que deje de sentir de tu parte hace ya tanto.
Me siento triste de perder en algo en lo puse todo mi empeño, pero me siento tranquilo de que por fin, las excusas ya no sean para mi, de que tus dudas ya no me torturan manteniéndome buscando respuestas para ti. Me da gusto que yo no sea el estorbo que no te deje ver el mundo de la forma en que tenemos que hacerlo.